Sí... Leíste bien. El título de esta página dice ensaladas con frutas y no ensaladas de frutas. Hemos cambiado la preposición (¿te acordás?: a, ante, bajo, cabe, con, contra...). Es que no estamos hablando de postres. Te proponemos combinar sabores, colores y texturas para renovar tu propuesta cuando el calor apriete y la salida sea: “Hoy, ¡ensaladas!”.  

Es el momento ideal: las frutillas están hermosas y baratas; en breve asomarán los mangos; todavía se consiguen buenas naranjas (y hasta algunas mandarinas)...  Y de paso, te proponemos el desafío de arriesgar con hojas “no tradicionales”, como las tiernas de la remolacha, tiritas finitas de repollo blanco y rojo; radicchio...

Por lo demás, solo vamos a proponerte  ideas. La apuesta es que tu creatividad será capaz de construir variantes exquisitas, adaptadas a los gustos y al presupuesto de los tuyos. 

La de la foto principal de esta página, preparada en un restorán mexicano en Teotihuacán, tiene hojas de rúcula y espinaca tiernas, rodajas de manzana (con la piel), frutillas, bolitas de mango, bastones de queso y semillas de sésamo. Y una vinagreta de frutillas procesadas, oliva y vinagre de manzana. ¿Te gusta? ¡Dale, pongámonos manos a la obra!


Repollos, surimi y ananá

Esta receta la compartió con LA GACETA desde España el cocinero tucumano Jaime Radusky, que trabaja en un hotel de Mallorca. “Cortar en tiras muy finitas 1/4 de repollo blanco y un trozo pequeño de repollo colorado. Añadir ananá (mejor si es fresco) cortado primero en rodajas y después en tiras y surimi (palitos de cangrejo)” enumeró. “Para aderezar esta ensalada, lo mejor es utilizar una salsa agridulce ligeramente densa; una buena opción es prepararla según la siguiente proporción: dos partes de azúcar, una parte de vinagre de vino y un chorrito de pulpa de frutilla”, añadió.

Remolacha, papaya y kiwi

Prepará un colchón de hojas tiernas de remolacha rociadas con aceite de oliva y sobre él colocá, formando un círculo, rodajas finas de remolachas cocidas. También formando un círculo, pero alternadas, colocá rodajas de papaya madura y sobre ellas, de kiwi. En los espacios que estas últimas dejan libres, acomodá unos filetes de anchoas (escurrí bien el aceite). Cortá en juliana fina las cabecitas de un manojo de cebollitas de verdeo y distribuílas alrededor y sobre la ensalada. Salseá con una vinagreta con aceite de oliva, aceto balsámico, un poquito de miel y sal (no abuses, porque las anchoas ya son saladitas).

Langostinos y ananá

Cocer cinco langostinos por porción, enfriar, pelar y cortar tres en trocitos. Picar las hojas interiores de una lechuga mantecosa y añadir dos rodajas de ananá picadas muy chiquitas. Preparar el cous-cous según indique el paquete, pero usar el caldo de cocción de los langostinos. Mezclar con los trozos de langostinos y armar con todo una corona; alrededor acomodar la mezcla de lechuga y ananá. Adornar con los langostinos sobrantes y trozos de ananá. Sazonar con salsa rosa y espolvorear con pimentón.

Quinoa y naranja

Herví 2 tazas de quinoa en agua con sal, una rama de canela y 2 granos de anís estrellado. Dejá enfriar. Picá un zucchini en cubitos y rallá una zanahoria chica. Hidratá 1/2 taza de pasas de uva. Lavá y picá un puñado de hojas de yerba buena. Rallá la cáscara de dos naranjas; luego quitá a cada gajo la piel y las semillas, y cortalos al medio. Mezclá la quinoa, las verduras, las pasas, la yerba buena y la cáscara rallada. Decorá con hojas de yerba buena y un poco de la ralladura de naranja. 

Naranjas y jamón

Lavá hojas de diferentes lechugas, espinacas, rúcula, radicchio...  Pelá a vivo dos naranjas, separá los gajos y deja un rato con un puñado de azúcar en un bol. Con el jugo que suelten, sal, aceite de oliva y aceto prepará tu vinagreta. Para emplatar, poné un centro de tus hojas mixtas, fetas finitas de jamón crudo, los gajos de naranja y las nueces mariposa.